Más de 20 años creo que llevo depilándome, para ir a la playa o a la piscina, el resto del tiempo... bueno depende. Desde hace unos meses ya los he dejado en paz, me ha costado, porque los veía raros, y aún veo raros los del bigote... pero ahora los veo más o menos normales, me pongo tirantes y ahí voy, con mi pelitos, son súper suaves, no me había fijado porque nunca les había dejado crecer tanto. Y claro, de tanto verlos se me empiezan a hacer normales a mí misma.
Este fin de semana me voy a la playa... Voy con un grupo de buenos y buenas amigas, el año pasado fuimos y yo me quité los pelos de las piernas deprisa y corriendo y se me irritaron horriblemente... me dijeron que para qué lo hacía, si estábamos en confianza, pues la verdad es que sí, sin la confianza no sé, pero si por primera vez en más de 20 años voy a ponerme bikini sin depilarme qué mejor que con gente maja. Lo que me da más cosa es el chirri (así lo llamó yo), y es lo que nunca me quito, o casi nunca, lo que más odio quitarme, lo pelos de ahí (también soy de las de "ahí abajo", como en los Monólogos de la vagina), eso sí me da vergüenza que vean... me puedo poner un pareo... y eso que para mí esos pelos son los más bonitos, negros negros, como una selva virgen, preciosa... a lo mejor porque es tan bonita no quiero que nadie la vea, aunque sea la entrada.
Veremos, no me voy a llevar cuchilla ni nada para depilarme, me voy a llevar mis dos bikinis nuevos, mi vestido azul de flores, mis chanclas y otros de vestidos más porque me voy varios días y me tendré que cambiar de ropa, y un pareo. Y me voy a dedicar estos días a amar mis pelos y a ver mis pelos, porque amarlos en la intimidad es una cosa, pero verlos al aire libre es otra.
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